Los tiburones pertenecen a una familia de peces que tienen esqueletos de cartílago, un tejido más flexible y más ligero que el hueso. Respiran a través de una serie de cinco a siete membranas situadas a ambos lados de sus cuerpos. Todos los tiburones tienen varias filas de dientes, y aunque pierden dientes regularmente, nuevos dientes les continúan creciendo y reemplazando a los que se pierden.
La “piel” de un tiburón se compone de una serie de escalas que actúan como un esqueleto externo, facilitando el movimiento y evitando la fricción en el agua. La parte superior de un tiburón es generalmente oscura para mezclarse con el agua desde arriba y sus partes inferiores son blancas o de color más claro para mezclarse con la superficie más clara, esto los ayuda a camuflarse tanto de sus depredadores como de sus presas.
Dieta. La mayoría de las especies de tiburones se alimentan de peces, crustáceos, moluscos, plancton, krill, mamíferos marinos y otras especies de tiburones. Los tiburones también tienen un sentido muy agudo del olfato que les permite detectar sangre en el agua a kilómetros de distancia. Algunas especies de tiburones, como el tiburón blanco, realizan un sorprende ataque a sus presas, generalmente focas y leones marinos, desde abajo.
Las especies que habitan en el fondo marino han desarrollado la capacidad de una boca inferior. Otros atacan bancos de peces en un frenesí de alimentación, mientras que los grandes tiburones, como el tiburón ballena y el tiburón peregrino poseen alimentación de filtro, nadando a través del océano con la boca abierta, filtrando grandes cantidades de plancton y krill.
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